En sentido general, el pistón o émbolo es el órgano que, en el mecanismo cinemática que transforma un movimiento rectilíneo en uno giratorio, tiene la función de deslizarse alternativamente dentro de su guía cilindro. El mecanismo, denominado de biela-manivela, está compuesto por pistón, biela y manivela, y encuentra su aplicación natural tanto en máquinas motrices motores de combustión interna, motores de vapor como en máquinas operadoras o de trabajo bombas hidráulicas alternativas, compresores, etc. Su movimiento no es armónico simple, pero se diferencia muy poco.
En todas las aplicaciones en que se emplea, el pistón recibe o transmite fuerzas en forma de presión de un líquido o de un gas.
El origen del pistón puede remontarse al del cañón: de hecho, en esta máquina el proyectil inicialmente esférico y luego cilíndrico es conducido por la caria y empujado por la elevada presión de la explosión. Los primeros intentos de un motor de combustión interna en el siglo XVI se basaban en el cañón, puesto que usaban como combustible pólvora negra.
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